martes, 25 de enero de 2011

Propiedad intelectual, pirateos y otros entretenimientos

La llamada "ley Sinde" ha provocado una polvareda en todos los sentidos, a favor y en contra. Todo el mundo se cree autorizado a hablar sobre el tema. Hay quien confunde "libertad" con "ladrocinio". Hay quien no sabe por dónde navegar, y nunca mejor dicho. Al parecer resulta difícil encontrar la legalidad en Internet. Al parecer Internet es vista como Jauja por muchos.
Pero lo curioso es que este fenómeno sólo se da en el ámbito de la cultura. Si se hace la compra del supermercado por Internet,  todos pagan la cuenta sin plantearse si deben o no hacerlo. Se adquieren billetes de avión como quien paga el autobús o el metro. Pero en cuanto se trata de un producto cultural... amigos, la cosa cambia.

Parece que a mucha gente le cuesta entender que un libro o un disco es igual que un paquete de detergente o un billete de avión a la hora de pagar. Es decir: hay que pagarlo. No basta con que el libro electrónico sea más barato que el mismo texto en soporte papel. No: tiene que ser gratis.

En este caldo de cultivo de una sociedad que, digámoslo sin ambages ni eufemismos, no tiene muy clara la noción de honestidad, flotamos editores y autores con el rumbo un poco confuso.

Desde mi ignorancia me pregunto: ¿cómo es posible que existan innumerables webs para bajarse libros gratis y los editores todavía no se hayan lanzado a producir sus libros en formato electrónico y venderlos en la red? ¿Tan difícil es? Nos hacen firmar contratos a los traductores en los que damos permiso al editor para que publique nuestra obra en todos los formatos existentes y los que puedan llegar a existir en este mundo y en el otro. Pero sólo los vemos en papel. ¿Por qué?

No quiero alargarme más. Os ruego que aportéis vuestros conocimientos y vuestras ideas sobre el tema para que al menos nuestro colectivo esté informado y tenga opinión. Y si se produce alguna mala práctica, podamos ayudarnos.

22 comentarios:

  1. en cualquier caso, y a modo de aperitivo, se pueden adelantar algunas cosas básicas para el traductor de obras que generan derechos.

    si hay algo claro en el brumoso panorama de la venta de libros en formato digital es que aún no se han fijado ni las más elementales reglas y que el modelo de negocio sigue en el aire. por no haber no hay ni pvp, ni acuerdo sobre soportes, ni modalidad de venta establecida, ni los descuentos que se llevarán los intermediarios. se habla mucho de piratería y malas prácticas digitales pero poco o nada de cómo y en qué terreno hacer uso de unas prácticas mejores. en este caso, y ante la incertidumbre, la industria y la administración aplican la política del perro del hortelano. y el resto de la jauría a ladrar.

    qué hace el traductor en medio del caos? en la medida de lo posible, poner en orden su pequeña parcela. por ejemplo, ante la evidencia de que aún no están definidas las bases funcionales del nuevo modelo de negocio, no hipotecar su obra firmando contratos de cesión de derechos digitales o, en su defecto, sólo hacerlo por un período de tiempo sensato: a) dos o tres años como mucho, b) el mismo tiempo por el que se ha cedido la obra original.

    tampoco tiene sentido preocuparse por fijar en el contrato un porcentaje por descarga si se desconocen o no se especifican el pvp y la modalidad de venta efectiva ni los descuentos que se le aplicarán. eso sí: sobre todas las cosas, no aceptemos nunca que se ligue la venta digital de la obra a la cesión de los derechos de explotación en papel. son dos cosas totalmente distintas y separadas, que ni siquiera comparten la denominación de edición (y ponen, por tanto, en entredicho la figura misma del editor tal como lo entendemos hoy en día).

    de todo esto se desprenden dos cosas fundamentales: 1) que no podemos quedarnos de ninguna manera al margen en el debate acerca de la propiedad intelectual de las obras en formatos digitales, y 2) que no nos conviene en absoluto comprometernos legalmente a aceptar a largo, mediano (y casi que tampoco a corto) plazo unas condiciones inciertas destinadas a regular un negocio que ni siquiera está en pañales.

    sin duda, es una postura conservadora. pero con un espíritu de fondo progresista, por decirle así. se trata de deseñsillar hasta que aclare, es decir, de no dar pasos en falso hasta tanto no se discutan a fondo y a todos los niveles las bases del nuevo paradigma digital.

    andrés ehrenhaus

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  2. Gracias por tu comentario, nariz.
    Estoy de acuerdo contigo en lo de la postura conservadora. Más vale ser precavidos.
    Entretanto, tenemos que hablar del tema entre nosotros, informarnos unos a otros de las novedades al respecto y conocer el sentir general del colectivo, a ver si podemos empezar a formar un grupo compacto para defender nuestros derechos como grupo.
    Carme

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  3. ayer mismo álex de la iglesia se apeaba de la ley sinde y presentaba su dimisión como presidente de la academia de cine. aquí la noticia en el país:http://www.elpais.com/articulo/cultura/Iglesia/cambio/opinion/ley/Sinde/reunirse/internautas/elpepucul/20110126elpepucul_2/Tes

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  4. un interesante vínculo sobre el funcionamiento de la red en la distribución de material pirateado

    http://www.publico.es/culturas/358155/cien-siembran-lo-que-recogen-millones

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  5. No entiendo si Alex de la Iglesia dimite porque está a favor o porque está en contra de la ley Sinde. la verdad es que creo que los del cine y la música van por otro camino que los escritores, ¿no os parece? Creo que aun siendo lo mismo en el fondo, en la práctica estamos en ondas diferentes.

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  6. sí, claro, ratadebiblio, de entrada porque ellos tienen a la sgae como entidad de gestión de derechos de reproducción secundarios y nosotros a cedro, y que lo nuestro es, o era hasta ahora, mucho más fácil de calcular, administrar, repartir... aunque no de recaudar.
    a eso me refería con derivar el debate a los focos de interés particulares de los distintos sectores: no necesariamente estaremos siempre de acuerdo con los autores de obras audiovisuales, entre otras cosas porque lo único que compartimos con ellos es la definición genérica de autor.
    con los autores de obras originales, en cambio, compartimos muchas más cosas, y sin embargo no creo que nuestra relación con la red sea la misma.
    los traductores somos una clase peculiar de autor. por ejemplo, a diferencia de los autores de obras originales, el aspecto publicitario de la difusión por internet de la obra nos interesa menos que el control y gestión de esa difusión. a la vez, el uso de materiales online nos facilita muchísimo el trabajo. en esa aparente contradicción se inscribe nuestra problemática.

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  7. "No basta con que el libro electrónico sea más barato que el mismo texto en soporte papel."

    Un pequeño ejemplo de una (de las muchas cosas) que se están haciendo mal en España con el libro electrónico:

    "La caída de los gigantes" de K. Follet en digital: http://www.todoebook.com/detalle.aspx?isbn=9788401339271

    El mismo libro en papel: http://libros.fnac.es/a390573/Ken-Follett-La-caida-de-los-gigantes?PID=5&Mn=-1&Mu=-13&Ra=-1&To=0&Nu=1&Fr=0

    Sin embargo, si uno viviera en EEUU y quisiera el mismo libro en español (aunque sólo para el Nook de Barnes & Nobles, cierto es): http://search.barnesandnoble.com/La-caida-de-los-gigantes/Ken-Follett/e/9788401339271/?itm=1&USRI=la+caida+de+los+gigantes+fall+of+giants

    ¿De verdad los editores españoles piensan vender libros electrónicos de esta forma? ¿A través de ese engendro llamado Libranda? ¿A un precio que no llega a ser la mitad de la versión en papel?
    ¿Con DRM abusivos que fuerzan al cliente a utilizar una tercera plataforma (Adobe Digital Editions) para usar el archivo?

    Se critica mucho al internauta español y su desprecio por la propiedad intelectual, pero no se oye hablar a menudo de la falta de ganas de la industria de desarrollar un modelo de negocio digital que no replique (o sirva para proteger) el físico.

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  8. Yo me temo que no habrá control de descargas ilegales hasta que las grandes plataformas de comunicación tipo Teléfonica (con Planeta, por ejemplo), tengan una parte en el reparto del pastel que trae consigo el "nuevo paradigma".

    Google, como ya vende libros, se mueve de momento sacando del buscador los enlaces a páginas de descargas.

    http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Google/aplica/filtro/busquedas/sugeridas/sitios/conflictivos/descargas/elpeputec/20110127elpeputec_3/Tes

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  9. habría que desarrollar más la cuestión, pero yo creo que los operadores y grandes plataformas ya se lucran alegremente del tráfico de descargas, sean legales o no.
    en el fondo, salvo el sector que genera contenidos, todos los demás ya sacan tajada del negocio, con o sin paradigma.

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  10. Pero si además de lo que ya se lucran se llevaran un 30% de cada libro descargado legalmente, como se lleva un distrubuidor en papel, estoy segura de que perseguirían la distribución pirata. No digo que esto sea lo deseable, pero sólo son las grandes operadoras y plataformas quienes tienen los medios para atajar la distribución ilegal.

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  11. es probable que los medios para atajar la distribución pirata sólo los tengan las grandes operadoras (que ya se llevan lo suyo por whatsoever descarga) y plataformas, porque donde vean cacho van a ir a saco, pero es evidente que el único problema que nos incumbe no es ese. o, para ser más preciso, esa no es la única faceta importante del problema. si la figura de la propiedad intelectual de las obras de creación se va debilitando y deteriorando, vamos a sufrir un retroceso que irá más allá de la por ahora poco significativa dimensión virtual de la producción editorial.
    y flaco favor nos hacemos si dejamos que ese debate lo lideren dudosos socios como la sgae, por ejemplo, o la oerdidísima avanzadilla ministerial.
    hay que generar discurso propio.

    andrés ehrenhaus

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  12. bueno, yo sigo a lo mío.
    una de las enfermedades más habituales de la cultura política universal es la facilidad con que se emprenden campañas de acoso y derribo a lo que sea sin un proyecto más o menos elaborado de construcción alternativa. en general estas campañas se hacen en nombre de los ideales más nobles: libertad, justicia, progreso. y en general. si esas campañas tienen éxito, acaban reemplazando lo que derribaron vehementemente por algo que se le parece de manera sospechosa, sólo que es más precario y menos libre, menos justo y progresista.
    la libertad virtual no será ni justa ni progresista si no se acompaña de un proyecto viable que redunde de manera efectiva en beneficio de la mayoría real de usuarios y no sólo en el de cuatro multinacionales y su periferia vociferante.
    resulta vergonzoso que los vampiros chupasangre de los que hablaba marx hace más de 100 años sean los que hoy confeccionan (y venden) la bandera de la descarga y el acceso libres que enarbola la masa consumidora. qué lujoso aquelarre organizarían si se acabase de una vez por todas con la propiedad intelectual de las obras y se pasase a un sistema de compraventa pura y dura de derechos! el capital intelectual sería no del creador sino de quien tuviera dinero para pagarlo y... venderlo a un sobrevalor de mercado. basta ver quién se beneficiaría de esta sangría para entender el flaco favor que le haría a la justicia o la libertad.
    por otra parte, la defensa indiscriminada y a menudo derrochona y nepotista de los intereses de una élite de artistas y sus gestores suele ofrecer la excusa perfecta para enardecer a los castigados usuarios en contra del eslabón no sólo más débil sino menos significativo de la cadena. pero la rotura de ese eslabón no hará desaparecer las cadenas; apenas las hará parecer más ligeras durante unos instantes...
    cada cual tiene que tener muy claro qué es lo que defiende y por qué. los principios férreos no siempre ayudan a ganar en claridad. el miedo al cambio, tampoco. pero cambiar no implica necesariamente derribar lo que sea a toda costa, sobre todo si ese derribo obedece a intereses más ajenos que propios, sino reordenar y aprovechar los materiales nobles para dar cauce a sistemas y dinámicas más inteligentes.
    propiedad intelectual sí, pero no a cualquier precio y por designio divino. cada época y ámbito tienen que encontrar su estro armónico. y eso es un poco trabajo de todos.

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  13. y a todo esto, qué portales de venta de libros electrónicos incluyen en sus fichas informativas el nombre del traductor de la obra?
    y cuáles no? sería interesante saberlo y hacerlo constar.

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  14. Por cierto, ¿habéis visto esto?
    http://www.publico.es/culturas/360269/todoscontraelcanon-acusa-a-la-sgae-de-irregularidades-en-el-reparto-del-canon-digital

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  15. Y las entidades responden:

    http://www.publico.es/culturas/360294/las-entidades-de-gestion-responden-a-todoscontraelcanon

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  16. mientras se sigan acumulando demandas y denuncias, los autores quedaremos atrapados en el fuego cruzado sin cobrar reparto alguno, ya sea por canon, licencia o caridad.
    no me gusta que otros hablen en mi nombre y la consecuencia sea que yo me quede peor que antes.
    nos estamos quedando atrás en esta riña de gallitos; las vemos venir y nos comemos los marrones sin chistar. aquí falta liderazgo sectorial, gente con iniciativa e ideas claras.
    en fins, como decía aquél.

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  17. Yo estoy de acuerdo contigo Nariz: falta liderazgo y gente con iniciativa e ideas claras. Y me gustaría mucho tener las ideas claras, te lo juro. Pero ahora mismo, la idea que transmite todo el sector (no sólo auotes) es como un sálvese quien pueda.

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  18. se me ocurre, montserrat, que así ha sido siempre, sólo que ahora se nota más. es decir, por un lado van los discursos y por el otro las ideas y, sobre todo, los intereses particulares, y todo eso finalmente se traduce en un sálvese quien pueda. cuando la crisis, no sólo económica sino también de referentes, asoma, la desbandada es espectacular, por no decir patética. el sector industrial, en cambio, que es el que, a trancas y barrancas, ha marcado el paso, está mucho mejor preparado para soportar, en términos generales, los bandeos del río revuelto y acaba pescando igual o mejor que antes.

    yo todavía no entiendo cómo el gremio autoral, por llamarlo de algún modo, no ha sabido hacerse fuerte en un aspecto crucial, justamente cuando tenía una pequeña si se quiere porción de mango de sartén en la mano, y aún lo tiene: las editoriales, o lo que sea que son ahora, estaban y siguen ávidas, desesperadas por digitalizar sus fondos y blinadarlos en sus bases de datos, sobre todo de obra (y traducción) nueva. era (y sigue siendo) el momento de negociar condiciones en posición de ventaja... sin embargo, para eso se necesita lo que decíamos antes: discurso coherente, ideas claras, liderazgo y cohesión.

    no nos quejemos después de que no nos dan lo que no supimos pedir.

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  19. ahora que nadie me ve (porque, a pesar del optimismo del título del blog, seguimos empeñados en que no se nos vea ni, sobre todo, escuche), me acerco un momento a ver si sacudo alguna telaraña.
    hoy cedro publica en su blog una entrada sobre la ley sinde:
    http://blog.cedro.org/2011/02/17/dos-cosas-buenas-de-la-ley-contra-las-descargas-ilegales/
    aparte de esas dos cosas buenas que menciona, y que son un poco de perogrullo, hay otras dos que no menciona, y que son un poco, como hemos venido diciendo de distintas maneras, algunas de las madres putativas del cordero. bueno, a decir verdad, a una la menciona al pasar, como si no quisiera despertar a la fiera; de la otra, ni noticias. cosa que se entiende, porque cedro es lo que es, una sociedad de gestión que hace buenamente lo posible (y, si esto sigue así, lo imposible) por administrar algo que pertenece a dos sectores generalmente poco avenidos, como son autores y editores.
    a qué dos cosas me refiero? a la de quién se beneficia en puridad de las descargas, sean legales, ilegales o metalegales, y a la del pvp de los libros electrónicos, cualquiera sea el sistema de adquisición.
    no son cuestiones baladíes. si se pone el acento en la ilegalidad de las descargas, en la vocación pirata del internauta (a esta altura, quién no lo es) y en la necesidad justiciera de acabar con este descontrol virtual y se obvian los mecanismos esenciales que lo permiten primero y lo estimulan después, parece quedar claro que se ha preferido salir a las apuradas a matar mosquitos a martillazos que a fijar unas reglas de juego sensatas, honestas, proporcionales y proporcionadas.
    por qué no decir claramente que al poner los libros-e aun precio cercano al de los libros de bolsillo los editores se están quemando a lo bonzo y achicharrando de paso al autor?
    por qué no decir que quienes cortan el bacalao del flujo virtual son los grandes operadores telefónicos?
    por qué no llamar a todas las partes a sentarse y debatir, en vez de montar ridículas cenas de protocolo?
    pasa el tiempo y seguimos tan a oscuras como al principio. o incluso más, si suben los carburantes y la factura de la luz.

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  20. en fin. caca, culo y pis. el enmascarado no se rinde.

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  21. Yo no entiendo nada, de verdad. ¿Por qué las editoriales no se han apresurado a digitalizar sus libros y a venderlos por internet directamente? Creo firmemente que hay público para todo: para el libro en papel y para el electrónico. ¿Qué han hecho los editores para evitar/impedir/erradicar/etcétera la piratería? NADA. Me parece que a los editores se les está escapando el tren y, de paso, nos inmoviliza a un montón de gente.
    Otra cosa es lo que podemos hacer el "gremio autoral", como tú dices, expresión muy acertada a mi modo de ver salvo que en los gremios la gente se une y en el nuestro cada uno va por su lado. ¿Cómo unirnos para formar un auténtico gremio y defender nuestros derechos? Premio para el que dé con la respuesta.
    Estoy muy pesimista... y muy harta de los problemas de de mi profesión, aunque esta me encanta.

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  22. interesante perspectiva aquí: http://clubdetraductoresliterariosdebaires.blogspot.com/

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